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Convivencia, Participación y Derechos Humanos

Derechos Humanos, Convivencia y Participación Todo el marco de acción e intervención del DIE se encuadra en la promoción de los Derechos Humanos, en la educación inclusiva y en la colaboración y construcción de espacios que propicien y fortalezcan la convivencia en los centros educativos de Secundaria.

Prevención de las Violencias

Desde una perspectiva de derechos y en el marco de los protocolos de la ANEP sobre Convivencia, Violencia basada en Género y Generaciones (VBGG), entre otros, el DIE trabaja fuertemente este eje promoviendo espacios y acciones de convivencia en climas de respeto, de empatía, de construcción de proyectos que permitan habilitar el diálogo entre los diferentes saberes disciplinares dentro de las instituciones y en sus territorios, desde una perspectiva intergeneracional.

En esta línea, el DIE acompaña a los equipos educativos de los liceos de todo el país en temáticas de alta complejidad relacionadas con el tratamiento de las diferentes manifestaciones de las violencias. Para su abordaje se mantienen coordinaciones y articulaciones con distintos actores intra e interinstitucionales, de manera de tender redes que permitan procesos de acompañamiento de las situaciones emergentes en los centros educativos. Entre estos actores se encuentran ANEP- CODICEN, DDHH - UCDIE, Comisión de Educación Sexual de DGES, INAU - SIPIAV, MSP y ASSE.

Con la concepción de las instituciones educativas como ámbitos privilegiados de desarrollo humano, de protección y de cuidado, este Departamento propone líneas de acción y desarrolla estrategias en el marco de la promoción de derechos y prevención de situaciones de violencia, en el entendido de que esta, en un sentido amplio, es una acción que entraña un “abuso de poder” en el que se transgreden derechos humanos fundamentales.

Además, el DIE representa a la DGES en los diferentes ámbitos interinstitucionales de articulación para la respuesta nacional e integral de la VBGG: Comité Central de SIPIAV y Mesa de trabajo en la Dirección de DDHH del CODICEN de la ANEP. Referencias bibliográficas: Protocolo para la Enseñanza Media (2010). Situaciones de Violencia doméstica en adolescentes. ANEP. ANEP (2014) Protocolo de Regulación de la Atención y Prevención del Acoso Sexual en la ANEP.

Recuperado de: https://n9.cl/et8a Ley N° 19580. Ley de violencia hacia las mujeres basada en género.

Reglamentada por Decreto Nº 339/019 (11/11/2019) Recuperado de: https://n9.cl/vd0mf

Ciudadanía Digital

El abordaje de la construcción de Ciudadanía Digital refiere a la forma en que las personas utilizan las TIC. Se entiende que estos usos llevan a la ciudadanía a mejorar su calidad de vida, potencian las oportunidades que el entorno digital ofrece y generan un espacio de convivencia y respeto de los derechos humanos en el que todas las personas estemos representadas, incluidas y seguras. En tal sentido, se establecen tres dimensiones: “Uso responsable y seguro”, “Uso crítico y reflexivo” y “Uso creativo y participativo”.

1. Uso crítico y reflexivo

Esta dimensión se centra en la capacidad que tiene una persona para comprender y evaluar críticamente las tecnologías y la información.

Entre otros aspectos, supone:

  • análisis de la información;
  • capacidad de cuestionar contenidos;
  • comprensión de la no neutralidad;
  • comprensión de lo que son y de cómo funcionan los algoritmos;
  • identificación de los intereses involucrados;
  • concientización sobre el ecosistema digital;
  • comprensión de las brechas digitales.

2. Uso responsable y seguro

Involucra prácticas vinculadas a generar en el entorno digital un espacio seguro y de convivencia ciudadana.

Ello supone:

  • autorregulación,
  • comportamiento ético,
  • comportamiento empático,
  • consciencia de la huella digital,
  • construcción de la identidad digital,
  • manejo de la privacidad,
  • manejo de los riesgos.

3. Uso creativo y participativo

Refiere a las competencias que permiten utilizar creativamente las tecnologías y aprovecharlas para la participación. Las personas usuarias, receptoras, consumidoras y audiencias pueden transformarse en creadoras, productoras y autoras.

La dimensión creativa y participativa de la ciudadanía digital supone:

  • desarrollar contenidos;
  • mitigar las brechas digitales;
  • tener capacidad de innovar con las TIC;
  • desarrollar habilidades comunicacionales;
  • usar las TIC para la transformación individual, comunitaria y social.

Los educadores somos llamados a desarrollar prácticas que permitan comprender los desafíos de las tecnologías digitales. No alcanza con el acceso a estas y con su uso instrumental, sino que es menester poseer las capacidades para usarlas de forma segura y responsable, crítica y reflexiva, creativa y participativa. Referencias bibliográficas: Agesic (2020)

Estrategia de Ciudadanía

Digital para una Sociedad de la Información y el Conocimiento. Recuperado de https://n9.cl/1u21v

Participación estudiantil

La palabra participación proviene del latín participatio y parte capere, que significa “tomar parte” (Corominas, 1994). Ser parte es pertenecer, es sentirse parte de la comunidad educativa; también es tener parte, acceder de forma equitativa a los recursos materiales y sociales; y es formar parte en la construcción colectiva de lo común. A participar se aprende participando y, salvo excepciones, es un proceso que no se da de forma espontánea. Por ello es necesaria la creación de espacios para ejercer acciones tendientes a incrementar la capacidad crítico-reflexiva de los y las estudiantes, para analizar la realidad y proponer alternativas creativas de transformación. Los centros educativos de Media desarrollan una política activa para promover la participación estudiantil desde una perspectiva de derechos e intergeneracional que involucra a toda la comunidad.

En esta línea, el DIE integró a cada equipo regional un/a Referente de Participación, con quien se diseñan e implementan estrategias y acciones en cada centro educativo de acuerdo con sus propias particularidades. El objetivo es contribuir a transversalizar estos espacios y que se integren a la dinámica cotidiana de cada centro según la cultura e historia institucional respectivas.

La participación es una condición indispensable de los procesos de aprendizaje. El aprendizaje es un proceso activo en el que la persona se implica y otorga sentido a lo que aprende con base en lo que ya sabe, en sus creencias, emociones y motivaciones. Es un proceso personal (nadie puede aprender por otro) y al mismo tiempo es un proceso social, en un doble sentido, ya que no se aprende sin otros (cercanos o a distancia, reales o virtuales, directos o mediados) y, por otra parte, es la cultura social la que otorga significados y legitima los aprendizajes. El proceso personal de otorgar sentido es por esencia participativo. El proceso social de aprender junto con otros/as también lo es. Las propuestas de enseñanza que incluya estos procesos potenciarán el aprendizaje (UNICEF, 2006)

Como expresa Montero (2003), “la equidad de la ética de relación supone reconocer no solamente el carácter humano y digno del otro, sino también que la otredad no es una brecha, una diferencia, algo que distingue, que separa, sino que es parte del yo”. La participación es un proceso social, que supone un ejercicio de permanente interjuego entre derechos y responsabilidades. “La participación es la capacidad para expresar decisiones que sean reconocidas por el entorno social y que afectan a la vida propia y/o a la vida de la comunidad en la que uno vive” (Hart, 1993).

Esta capacidad en las adolescencias que transitan los centros educativos de media implica un cambio en la cultura y en las prácticas institucionales, porque se requiere de un adulto que los/as acompañe en la conquista de su autonomía y les proporcione contención emocional y afectiva ante los desafíos de construir su propia voz. La relación entre hablar y escuchar del enseñante y el aprendiente se está modificando, el énfasis debe estar en aprender a escuchar desde otro lugar. Promover la democracia en ejercicio en la vida cotidiana del centro se logra con espacios en los que sea posible discutir, argumentar, fundamentar, buscar acuerdos y proponer, trabajando las frustraciones y acompañando los sueños de los adolescentes y de los adultos (UNICEF, 1998).

La participación constituye un derecho que se efectiviza básicamente como un proceso comunicativo, organizativo y de aprendizaje en el cual se reconocen tres momentos y un conjunto de condiciones. Dichos momentos son: información, opinión y escucha (Instituto Interamericano del Niño, Octubre 2010 en PROPIA-INAU, 2012).

Desde los equipos regionales DIE, el Referente de Participación diseña y es parte activa de estrategias y acciones en el marco de las políticas del DIE/DGES, en la medida en que se encuentra trabajando en equipo siempre dentro y fuera de la institución. Es un facilitador y dinamizador de la conversación y en particular de la escucha intergeneracional, que contribuye con la concreción de proyectos viables y sustentables, es decir, acordes a tiempos y recursos de los que participan. Desde su autonomía profesional, propician la autonomía progresiva de las adolescencias, para las cuales siempre debe haber un adulto del propio centro educativo en el que se trabaje, que acompañe, sostenga, contenga y cuide sin imponer, siempre desde una ética del respeto y de la perspectiva de derechos.

Es relevante la coherencia entre el discurso y las acciones. La “forma de decir y hacer” son claves para evitar contradicciones que puedan afectar la propuesta. La etapa adolescente requiere de adultos capaces de realizar esta tarea, dado que genera mucha incertidumbre y ansiedad, cuestión que ciertamente se agudiza en poblaciones fragilizadas y más aún en los tiempos inéditos de pandemia que nos toca vivir. En definitiva, esta línea de trabajo es amplia e invita a los equipos y a las comunidades educativas en general a innovar para crear diversos espacios y modalidades de participación, en los que se habilite una conversación intergeneracional y entre pares, donde los afectos y los deseos puedan expresarse desde un marco de derechos y de respeto para construir y concretar proyectos educativos integrales.

Referencias bibliográficas:

Corominas, J. (1994). Diccionario etimológico de la lengua castellana. Gredos: Madrid. Hart, R. (1992).

Participación de los niños. Unicef. Montero, M. (2003). Teoría y práctica de la psicología comunitaria. La tensión entre comunidad y sociedad. Buenos Aires: Paidós. Unicef (1998). Educación y participación adolescente. Palabras y juegos.

Recuperado de https://n9.cl/nylut PROPIA-INAU (2012)

A participar también se aprende.

Apuntes para promover la participación infantil y adolescente.

Recuperado de: http://www.inau.gub.uy/cenfores/biblioteca-digital/recursos-en- linea/download/4164/1880/16

Ciclo para docentes y equipos técnicos – Magdalena García Ciclo para docentes y equipos técnicos – Sandra Baita Ciclo para docentes y equipos técnicos – Deus - Bataille - Massa

Mapa de ruta ante situaciones de violencia hacia adolescentes de Educación Media